31.7.08

Tres minutos para siempre

Parece que la sequedad de mis labios
es la humedad necesaria
para que mis dedos puedan dar vuelta a la página.

Y también la falta de soledad.
Y también la falta de faltas.

Ya no hay más pulmones llenos
que puedan derrumbar casitas de animales.

Las casitas se caen de pena,
se caen de tanto cimiento,
se caen de tanto caerse
en los sueños de los niños.

Y ya no habrá cantantes
que elogien su tristeza
si con la cabeza bajo tierra
nadie los escucha.

Ya llorar no llena los bolsillos,
sólo los cementerios y los cafés.

Por fin los poetas muertos murieron
ahogados en sus tazas
y nacen los vivos que no vivirán
mas que en bares y velorios
y sin mucho esfuerzo pasamos de la par a la impar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te quiero chi.
xyx XS:D y nadie mas.

.