11.7.08

140 dB

Eres el óxido que me queda en las manos
después de estirar las cuerdas
y romperme el cuello.

Y quedo despeinado y sucio,
frente a frente con la mentira de la oscuridad.
Solo y doce compases después solo.

Eres la piel que se desprende de mis dedos,
después de dos horas de suicidio.

Y te encuentro escondida
en el silencio de negra,
que se escapó de la pista
a quién sabe dónde.

Eres mi frente arrugada
que se enrojece
con más de dos ojos cerca.

Y acabo con tus dos últimos acordes menores
que hoy suenan a sol,
del grande.

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