Con los dedos de las manos
cuento los encuentros de nuestros dedos
y con ellos trato de contarte y encontrarte
dentro mío.
Como buscar con una lupa la montaña
o en ella con un telescopio al último grano de arena perdido
así me veo desde dentro.
Y me siento a oscuras
en el cuarto acolchado,
pero me persigue el miedo
del no ver y no creer.
Y no quiero creer que se apagaron las luces
de tanto brillar a través de mis párpados.
No quiero creer que el blanco es negro,
no quiero creer que te perdí de vista en el intento.
No quiero mirar a la vida
y al volver no encontrarte.
No quiero mirar tus sombras
y que te escapes de ellas.
No quiero querer no querer.
Quiero una vez que yo recuerde
que alguna vez te aprendiste mi nombre
y que es algo más tuyo que mío.
2.4.09
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